Capilaroscopia

Capilarocopia

Una ventana a los pequeños vasos

La capilaroscopia es una técnica sencilla, indolora y no invasiva que permite observar los pequeños vasos sanguíneos (capilares) situados en la base de las uñas. A través de un microscopio digital especializado, podemos evaluar la morfología y distribución de estos capilares, lo que nos ofrece información muy valiosa sobre el estado de la microcirculación.

Se trata de una prueba fundamental en el estudio de fenómenos como el Raynaud o los sabañones (perniosis), así como en la detección precoz de enfermedades autoinmunes sistémicas, como la esclerosis sistémica, el lupus eritematoso sistémico o la dermatomiositis.

¿Por qué puede ser importante para mí?

En algunas personas, sobre todo mujeres jóvenes, delgadas o con antecedentes familiares, el fenómeno de Raynaud puede ser la primera manifestación de una enfermedad más compleja. La capilaroscopia nos permite:

1

Detectar signos precoces
de enfermedad sistémica

incluso antes de que aparezcan anticuerpos en sangre.

2

Identificar patrones
de riesgo

en pacientes con Raynaud aparentemente benigno.

3

Realizar un seguimiento de
la evolución de la microcirculación

cuando ya existe un diagnóstico.

¿Cómo se realiza?

La prueba se lleva a cabo aplicando una pequeña gota de aceite de inmersión en la base de las uñas, normalmente en los dedos 2º a 5º de ambas manos, y observando esta zona con un videomicroscopio que permite ampliar la imagen entre 50 y 500 veces. El procedimiento dura sólo unos 15-20 minutos y es completamente indoloro.

Durante la exploración evaluamos parámetros como:

  • Densidad y distribución capilar
  • Presencia de dilataciones y megacapilares
  • Morfología de los capilares (tortuosidades, ramificaciones,
    signos de neoangiogénesis…)
  • Velocidad del flujo sanguíneo
  • Presencia de hemorragias o zonas sin capilares (áreas avasculares)

Con esta información, clasificamos el patrón observado según escalas científicas como las de Maricq y Cutolo, lo cual ayuda a establecer un diagnóstico más preciso y a planificar el seguimiento.

¿Requiere preparación?

Sí. Para que los resultados sean fiables, es imprescindible:

  • No dañar las cutículas (ni cortarlas ni empujarlas) durante al menos cuatro semanas antes de la prueba.
  • Evitar manicuras agresivas o esmaltes permanentes en ese mismo plazo.

Estas medidas son necesarias para no alterar la estructura de los capilares ni dificultar su visualización.

¿Cada cuánto se realiza?

Habitualmente, realizamos la capilaroscopia en el momento del diagnóstico. Si se detectan hallazgos de riesgo o existe una enfermedad sistémica confirmada, repetimos la prueba al menos una vez al año, generalmente en los meses fríos, cuando las alteraciones suelen ser más evidentes.

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